miércoles, 23 de noviembre de 2011

LA DIRECCIÓN EN LOS NEGOCIOS.

Dirigir, tal y como se entiende en el ámbito de la empresa, no es otra cosa que tomar decisiones y garantizar que se lleven a cabo.   Lo cual implica asignar los recursos escasos a tareas selectivas.

A lo largo de la vida de la empresa es necesario marcar un camino que hará que esta se posicione positivamente dentro de los mercados en los que opere.   Cada una de estas pautas son decisiones que se toman desde la dirección de la organización.

La dirección, por tanto, debe conocer todos y cada uno de los recursos de los que dispone, puesto que todos influirán en todas las situaciones que afecten a la empresa.   Deberá, por tanto, coordinar conjuntamente todos estos recursos en función de cada decisión y por tanto de cada finalidad marcada, consiguiendo que estos se comporten de manera integrada como un sistema único e indispensable para garantizar el éxito de la empresa en un futuro más o menos cercano.

Parece obvio aclarar que para lograr ese éxito antes de cualquier decisión, es necesario determinar un horizonte temporal dentro del cual se puedan enmarcar los objetivos de la empresa (bien sean objetivos a corto o largo plazo).


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